La Federación de Agrupaciones Folclóricas de Gran Canaria con su presidente, Nicolás Curbelo al frente, y con la participación del ayuntamiento de Gáldar en el marco de sus fiestas patronales, brindaron un reconocimiento a la ya desaparecida Rondalla Tenesoyas, y a título póstumo a la valía de dos grandes folcloristas: Maestro Ignacio Rodríguez, compositor y director de dicha rondalla, y Maruchi Macías quien dedicó algo más de 30 años a enseñar los bailes folclóricos de nuestras islas.
Gáldar supo reconocer en este acto celebrado en la Plaza de Santiago la valía de nuestros folcloristas y la música canaria con un reconocimiento popular y con una amplia presencia de público, quien acogió con admiración este sencillo homenaje que comenzó con la actuación de Satautey y que cerró con las actuaciones de Los Cebolleros y Abaicán. No faltó la interpretación de Un bolero para Gáldar, obra de Maestro Ignacio, así como las isas y folías, que tanto apreciaban.
La familia de Maestro Ignacio Rodríguez y de Maruchi Macías, así como varios ex componentes de la Rondalla Tenesoyas recibieron en su nombre este reconocimiento, que contó con la presencia del alcalde de Gáldar, Teodoro Sosa Monzón.
Maestro Ignacio Rodríguez supo combinar sus aficiones musicales con la composición, creando letras y músicas como el bolero para Gáldar. Fue director también de La rondalla Tenesoyas que marcó un antes y después en el ámbito folclórico de la ciudad. Siempre quiso que su rondalla mantuviera su esencia con aires, melodías y cuerpo de baile fiel reflejo de los bailes más tradicionales. Virtuoso folclorista, supo llevar la doble faceta de dirigir al grupo musical y al cuerpo de baile. Ha sido icono del folclorismo galdense en cuanto a la compenetración de canto, toque y baile.
Maruchi Macías como se conocía a María Dolores Macías Gutiérrez. fue también miembro de la Rondalla Tenesoya, en el cuerpo de baile, participo en fiestas y romerías y fue una gran entusiasta de cada aspecto del folclore canario, especialmente en el baile. Se formó como profesora de baile en el Instituto canario de folclore y durante 30 años dejó huella con su enseñanza en cientos de niños, jóvenes y adultos de Gáldar y Agaete. Durante 31 años, casi la mitad de su vida, compartió con diferentes generaciones su conocimientos sobre el baile de nuestras islas.
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